Síndrome de la clase turista

La OMS también llama la atención sobre el “síndrome de la clase turista” y recomienda no pasar mucho tiempo en la misma posición sobre todo en vuelos largos; aunque sufrir un ictus isquémico es bastante inusual durante un vuelo, los pasajeros con factores de riesgo deben tener muy en cuenta esta recomendación.

El llamado síndrome de la clase turista, conocido en medicina como síndrome Antifosfolipido, es una “trombosis venosa profunda” o “tromboembolia venosa”, cuya forma más grave es la embolia pulmonar, que sucede cuando no hay una correcta circulación sanguínea de retorno al corazón.

El síndrome reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un riesgo global, afecta a personas en viajes largos por aire o tierra, sobre todo en clase turista, con asientos estrechos que limitan la movilidad.

Se manifiesta con dolor, edema, coloración cutánea anormal y prominencia de las venas superficiales, entre otros síntomas, hasta alcanzar severos niveles de dificultad respiratoria, debido a trombosis surgidas en las extremidades inferiores y que bloquean las arterias pulmonares.

La aparición de coágulos o trombos en la vena femoral puede producirse cuando alguien permanece más de tres horas sentado en la misma posición, sin apenas moverse, dado el reducido espacio; pero la dolencia también puede darse en personas cuya profesión les obliga a conservar la misma postura bastante tiempo.

TURISTA EN PRIMERA CLASE