OPINIÓN
Por Rafael Rangel Sostmann/Colaborador invitado
El modelo tradicional que usamos en el salón de clase en donde el profesor le hace de Gurú o experto y sus alumnos aprenden de él, es un modelo de enseñar y aprender que tiene más de 200 años en uso.
La mayoría de nosotros fuimos educados bajo este sistema y es el único que muchos de nosotros conocemos.
La gran pregunta es si este modelo es el más adecuado para educar a los alumnos actuales ante los cambios tecnológicos, sociales y políticos con el fin de prepararlos para un futuro incierto, pero también y a mi manera de ver, con grandes oportunidades.
El modelo actual entre otras cosas es un modelo en el que el alumno está pasivo en clase tratando de aprender de su maestro promoviendo que el alumno dependa de el para que explique el contenido y los conceptos.
No estamos promoviendo el autoaprendizaje. Capacidad que será necesaria para aprender por el resto de su vida sin el apoyo de un maestro.
La Tecnología sigue avanzando cada día que pasa y permite al maestro la posibilidad de adoptar nuevas maneras de enseñar y su alumno de aprender, pero seguimos con el mismo modelo de hace 200 años.
Pensamos que es lo mejor pues así aprendimos nosotros, así también aprendieron nuestros antepasados. Nos resistimos al cambio.
A finales de los 80s cuando se empezó a crear el sistema a distancia llamado Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey, nos dejó varias enseñanzas que siguen vigentes en nuestros días.
Para mí las más importante es: Nunca usar la tecnología para enseñar si no se dispone de la didáctica correcta y el entrenamiento adecuado del profesor.
Nuestros días de pandemia nos dan un ejemplo palpable que observamos hoy en nuestros hogares y es con el uso del sistema de video conferencia denominado Zoom.
Este sistema permite que el profesor pueda seguir dando su clase prácticamente igual que como lo hacía en el salón de clase, antes de la pandemia, pero ahora frente a una cámara y el alumno en su casa observando un monitor. Esto da resultados muy negativos tanto para el maestro como para el alumno.
Otra enseñanza básica que obtuvimos en el inicio de la Universidad Virtual fue que el alumno aprende con más profundidad cuando tiene la oportunidad de usar los conocimientos que ha aprendido a base de resolver problemas que se presentan en su entorno o hacer un proyecto sobre un reto que tiene la sociedad que lo rodea con el fin de no solo memorizar y comprender los contenidos de la lección para después presentar una evaluación.
Todos sabemos que al poco tiempo después de presentar exámenes sobre contenidos que escuchamos en clase, olvidamos rápidamente lo aprendido después de salir del examen. Por tanto, es necesario pedir al alumno que identifique y o resuelva un problema en su entorno para que pueda asimilar los conocimientos con más profundidad y tener la oportunidad de aplicarlos a su entorno, esto le dará lo que se le llama hoy un aprendizaje significativo.
Sin embargo, veo que algunos maestros continúan explicando a sus alumnos los contenidos por Zoom para después pedirles una tarea antes de presentar un examen. Esto es continuar con el mismo modelo, pero ahora a distancia. Creo que esto debe cambiar no solo durante la pandemia, sino después cuando todo esto termine.
Para el alumno con este modelo tradicional de aprender no solo es aburrido escuchar por una hora hablar sin parar a su maestro o maestra, muchas veces esta pasividad en clase genera el que el alumno tenga una siesta de varios segundos.
Además, y lo más importante es que es cuestionable si esta manera de enseñar y de aprender está preparando a nuestros alumnos para ese futuro incierto.
Desgraciadamente no se podrá llevar consigo a su maestro o maestra cuando termine sus estudios en la universidad con el fin de que le siga enseñando y explicando los conocimientos nuevos que se requerirán.
A menos de que decida casarse con él o con ella y esto en general no me parece buena idea pues la institución se quedaría sin muchos de sus maestros o maestras, aunque esto puede tener sus lados positivos.
El día de hoy nos encontramos ante las nuevas tecnologías como es la Inteligencia artificial y el análisis de las grandes bases de datos, revolucionando el cómo hacer negocios, manufacturar y como entregar diferentes servicios, sin embargo, el modelo de aprender tradicional supone que todos los alumnos aprenden y tienen las mismas capacidades.
El maestro da una clase para todo el grupo en el salón y asume que todos son iguales. Los que no salen bien en sus exámenes concluye que es porque no traían la preparación correcta y los que salen muy bien es porque si tenían la preparación adecuada y luego están los intermedios pues tenían una preparación mediana.
Hoy estamos en la era de la personalización, Amazon, por ejemplo, nos envía información con promoción de lo que nos gusta a cada uno de nosotros, no una información general para todos.
Entonces la pregunta es porque la educación no es más personalizada a las demandas y necesidades de cada alumno. El hacer esto daría como resultado una mejor preparación y una mayor motivación de los alumnos y por supuesto menos reprobación y deserción.
Escucho a muchos padres de familia diciendo que su hijo o hija necesita el contacto humano para aprender sobre valores y sobre todo a interactuar con sus maestros y compañeros como parte de su educación y formación.
No puedo estar más de acuerdo, pero debemos recordar que no se trata de substituir al maestro con robots y computadoras, se trata de asistir al maestro en sus labores tradicionales como es estar repitiendo una clase varias veces durante el semestre y en cada semestre.
Hay que asistirlo con una computadora que le ayude a personalizar la enseñanza y el aprendizaje de sus alumnos con el fin de poder tener más tiempo en clase o a través del Zoom para asesorar a sus alumnos en forma más personalizada, a guiarlos y motivarlos para que salgan adelante.
Es una manera más inteligente de usar el tiempo del maestro que tenerlo repitiendo una clase. Las maquinas nos deben de asistir a hacer mejor nuestro trabajo para lograr ser más humanos y apoyar mejor a nuestros alumnos.
No todo es negativo con el aprendizaje a distancia de nuestros hijos y nietos, piensen que, con este sistema a distancia, exige que ellos tengan que aprender a organizar su tiempo para estudiar a escoger el lugar en donde quieren hacerlo y repetir el video de la conferencia y las lecturas que le encargo el profesor cuantas veces quieran y necesiten para dominar la lección, haciendo con todo esto un aprendizaje más flexible y adaptable a las necesidades de cada alumno.
La pregunta es cuánto se van a tardar en adquirir estos buenos hábitos y si lo harán antes de que termine la pandemia.
*El autor fue Rector del Sistema Tecnológico de Monterrey de 1985-2011