Dinamitando puentes internacionales

Un día sí y el otro también AMLO insiste en pelearse con los ganadores y aliarse con quienes no tienen posibilidad alguna de salir bien librados ante la guillotina justiciera global. En la semana previa a la Navidad, el presidente espetó en la mañanera que no le gustaba “el modito” de su homólogo estadounidense al haberle dicho a Zelenski: “Bienvenido a América”.

La verdad sea dicha, América es el nombre del continente y no el de una sola nación, pero hay formas y momentos para comunicarlo diplomáticamente. En fin, eso es forma y no fondo y no inclinará la balanza diplomática, pero sí le agrega una raya más al herido tigre.

Pues bien, el presidente mexicano comprende que David no se debe pelear contra Goliat, pero cual palurdo, de repente se acerca demasiado al fuego norteamericano.

En las últimas semanas, tanto el New York Times como el Washington Post han hecho públicas declaraciones de diputados federales y de la directora de la Administración de Control de Drogas de EUA (DEA), Anne Milgram, sentenciando, sin mencionarlo directamente, al gobierno de AMLO por apoyar y financiarse con dinero de los cárteles de la droga. Por otro lado, el procurador general estadounidense, Merrick Garland ha sido crítico de la fallida política de seguridad del fiscal federal mexicano, Alejandro Gertz Manero.

Entre las reclamaciones están la desaceleración de las extradiciones de criminales mexicanos de alto perfil hacia EUA y la cancelación de la cooperación de inteligencia con la DEA para los decomisos de fentanilo, mismo que cobró la vida de 107,000 norteamericanos el año 2022.

De modo tal que, por obstrucción a la justicia, ataques a la democracia, los constantes insultos y un largo etcétera, Washington pudiera estar preparando el camino para sensibilizar en 2023 a la opinión pública norteamericana en contra del gobierno de AMLO, convirtiéndolo así en el villano favorito.

Continuando con los yerros en política internacional, cual volador de Papantla con diarrea, el destructor timonel no cesa de incendiar los caminos que nos vinculan a los aliados que han brindado el mayor bien económico a México.

Comenzando con la “Madre Patria”, el 9 de febrero 2022, decidió unilateralmente “pausar” las relaciones binacionales vociferando: “No queremos que nos roben”. AMLO le exigió al Rey de España que pidiera disculpas por los abusos cometidos durante la conquista. Por Dios, si España tiene invertidos no menos de USD$70,000 millones en México y ha sido uno de los mayores promotores de inversiones en energías limpias.

Aunado a lo anterior, “pausar” las relaciones entre naciones es una aberración pues eso no existe en el derecho internacional; hay que llamar a las cosas por su nombre, es enemistarse con España. Afortunadamente los españoles han sido prudentes y diplomáticos ante un presidente azteca que raya en incoherencias y no pasaría el examen mínimo en la academia de diplomacia mexicana, el Instituto Matías Romero.

Pues parece ser que el mandatario mexicano lleva demasiados strikes y eventualmente terminará ponchado por sus filias con demagogos. En América Latina, AMLO se sumó a otros tres países con beodos presidentes “socialistas”; Argentina, Bolivia y Colombia que no reconocen a la presidente de Perú, Dina Boluarte. Debido a ello, el 20 de diciembre 2022 el Embajador de México en ese país andino, Pablo Monroy Conesa, fue declarado persona non grata dándole 72 horas para salir del país.

Igualmente, en 2019, la Embajadora en Bolivia, María Teresa Mercado, recibió el mismo ignominioso título. ¡Qué vergüenza! El factor común fue la injerencia del presidente mexicano en asuntos internos de sendos países violando, de motu proprio, el principio de no intervención.

¿Qué no presumía el presidente su estricto apego al ideal central mexicano desde 1930 de respeto a la autodeterminación de los pueblos, la Doctrina Estrada? En política nada es casualidad y los protegidos de AMLO, Pedro Catillo de Perú y Evo Morales de Bolivia son correligionarios del Foro de ultraizquierda de Sao Paulo y abyectos promotores del socialismo del siglo XXI.

Como comentario al margen, ninguno de los dos exembajadores era un improvisado; el primero cuenta con una especialidad en derecho internacional por la Universidad de Georgetown y la segunda fue condecorada por los Reinos de Dinamarca y de Países Bajos. Pues sí, quien les manda haber sido cómplices de un mitómano pendenciero alentador de la perversa ideología izquierdista y antidemocrática latinoamericana.

Solo Dios sabe qué nos depare el año 2023, pero lo que se vislumbra como un plausible escenario es que, a falta de puentes con los aliados tradicionales, caigan por el precipicio acuerdos, inversiones y hasta personas. Como propósito de año nuevo, espero en Dios, no que cambie el presidente pues eso es casi imposible, pero sí que deje de dinamitar puentes internacionales y de provocar tanto daño a México.

*El autor es director del Centro de Desarrollo Empresarial de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL)

 

 

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