*Rechazan aumento del IEPS e impuestos a edulcorantes no calóricos, es inequitativo, desincentiva la innovación de esa industria y tendrá un gran impacto socioeconómico afectando a los consumidores de menores ingresos.
EMPRESAS MONTERREY.- A nivel nacional e internacional se pronunciaron en contra de la iniciativa de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que plantea incrementar a $3.0818 pesos la cuota por litro a la enajenación de bebidas saborizadas, como una política de salud. Asimismo, se pronunciaron en contra de la aplicación de impuestos a edulcorantes no calóricos.
La Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA, por sus siglas en inglés) sostuvo que “No existe evidencia clara de que los edulcorantes bajos o sin calorías tengan un impacto negativo sobre el peso corporal o la salud en general a través de efectos en el microbiota intestinal cuando se consumen en los niveles aprobados”.
Esa asociación internacional, aseguró que “Como ingredientes alimentarios, los edulcorantes bajos o sin calorías no afectan los factores de riesgo cardiometabólicos como la presión arterial, el control glucémico o los lípidos en sangre”.
Incluso, afirmaron que “Usar edulcorantes bajos o sin calorías en lugar de azúcares en la dieta puede ser beneficioso para la salud cardiometabólica debido a un menor aumento en los niveles de glucosa en sangre en comparación con los azúcares y a una disminución en la ingesta energética total”.
En su opinión, los edulcorantes bajos o sin calorías son algunos de los ingredientes alimentarios más estudiados y han sido rigurosamente evaluados y aprobados como seguros por autoridades internacionales como la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.) y el JECFA (Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios).
“La evidencia científica demuestra que los edulcorantes bajos o sin calorías pueden ser utilizados de mera segura como alternativa al azúcar”, aseguraron.
En ese sentido, reiteraron que cuando se utilizan como parte de un estilo de vida saludable, pueden ayudar a reducir la ingesta energética total y, en consecuencia, contribuir al control del peso y los edulcorantes bajos o sin calorías pueden apoyar también la salud dental, ya que no contribuyen a la caries dental.

Aumento del IEPS a refrescos tendrá un gran impacto económico y afectará a consumidores de menores ingresos
Por su parte, La Asociación Mexicana de Bebidas (MexBeb) manifestaron su postura y coinciden con la preocupación del Gobierno de México por el aumento en los índices de sobrepeso, obesidad y la prevalencia de enfermedades no transmisibles (ENTs) en el país, siendo un problema complejo y multifactorial cuya prevención y atención requiere de la acción integral, decidida y conjunta de todos los actores y sectores.
La Asociación Mexicana de Bebidas, reiteró su plena disposición e interés para sumarse a los esfuerzos de las autoridades en esta tarea.
Sin embargo, manifestaron su profunda preocupación ante la iniciativa de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que plantea incrementar a $3.0818 pesos la cuota por litro a la enajenación de bebidas saborizadas, como una política de salud y financiamiento, considerando lo siguiente:
- Se establece un nuevo impuesto.- Además de la magnitud del incremento del 87% en la cuota vigente, la iniciativa no solo incrementa el gravamen existente a las bebidas que contengan azúcares añadidos, sino que incorpora uno nuevo para las bebidas que contienen edulcorantes no calóricos, lo cual desincentiva la innovación, la reformulación y la ampliación de la oferta de productos sin azúcar o sin calorías, alternativas ampliamente promovidas y aceptadas a nivel global como opciones seguras que apoyan a la reducción del sobrepeso y obesidad.
- No cumple con un objetivo de salud.- La experiencia en México y en otros países en los que se ha aplicado demuestra que los impuestos a las bebidas saborizadas no cumplen con el objetivo de reducir los índices de obesidad.
La ONU y sus agencias han evaluado y rechazado repetidamente la recomendación de impuestos a las bebidas azucaradas, porque no existe evidencia real de que estos impuestos cambien los patrones de consumo ni mejoren la salud.
- Es una medida ineficaz e inequitativa.- No atiende a la multifactorialidad del problema de obesidad y de las ENTs, además que concentra injustificadamente la carga fiscal en un producto que aporta menos del 5% de las calorías que consumen los mexicanos, sin considerar al otro 95% que provienen de otras fuentes de energía.
- Impacto en los precios y a los consumidores de menores ingresos.- Derivado del incremento al impuesto vigente y a la incorporación del nuevo gravamen a las bebidas sin azúcar, los precios al consumidor se incrementarían de manera significativa, entre 10% y 15% de su costo actual, siendo un duro golpe al bolsillo de las personas.
Se trata de un impuesto altamente regresivo, los hogares de menores ingresos destinan tres veces más recursos proporcionalmente a los refrescos y bebidas saborizadas que los hogares de mayores ingresos.
- Tendrá importantes impactos socioeconómicos.- Reducirá el poder adquisitivo de los hogares al encarecer la canasta básica; desincentiva la inversión y producción con un efecto recesivo que limitará el crecimiento económico del país; estimamos que se podrían perder alrededor de 150 mil empleos directos e indirectos en los próximos cinco años; afectará a los pequeños comercios, a las más de 1.2 millones de tienditas populares, que en miles de casos se verán obligadas a cerrar, ya que los refrescos y bebidas saborizadas representan alrededor del 30% de sus ventas, así mismo tendrá un fuerte impacto en toda la cadena productiva.
El incremento del IEPS a bebidas saborizadas no resolverá los problemas de salud que busca combatir y generará costos sociales, laborales y económicos considerables.
Finalmente, La Asociación Mexicana de Bebidas, refrendó su interés y disposición al diálogo abierto y constructivo con las autoridades y el Congreso, para encontrar alternativas integrales y efectivas, sustentadas en la ciencia y evidencia, que contribuyan a mejorar la salud de la población.

Los impuestos sobre los refrescos no solucionarán la salud mundial
En el estudio realizado por Tax Foundation, Adam Hoffer Director de Política Fiscal sobre Impuestos Especiales y Jacob Macumber-Rosin Analista de Política Fiscal sobre Impuestos Especiales, concluyeron que la aplicación de impuestos sobre refrescos no es la solución a la salud mundial.
Sostienen que la obesidad es un problema complejo y mundial que contribuye a enfermedades prevenibles y genera costos sanitarios innecesarios.
Asimismo, su investigación arrojó que en muchos países han recurrido a los impuestos sobre las bebidas azucaradas para desincentivar su consumo, tanto para intentar hacer frente al aumento de las tasas de obesidad como para generar ingresos.
“Los diseños de los impuestos varían considerablemente, y algunas opciones de diseño pueden socavar los resultados en materia de salud al permitir la sustitución por productos con alto contenido en azúcar no gravados”, argumentaron.
Además, según los expertos si bien los impuestos sobre las bebidas azucaradas parecen aumentar sus precios, no hay pruebas de que se produzca una mejora significativa en los resultados sanitarios como consecuencia del aumento de los precios de las bebidas azucaradas.
Del análisis realizado por Adam Hoffer y Jacob Macumber, también se desprende que los ejemplos de varios países europeos muestran que la reformulación de los refrescos para que tengan menos azúcar puede acelerarse con estos impuestos, pero que el consumo total de azúcar a menudo no se ve afectado.
“Es probable que un impuesto sobre las bebidas azucaradas sea demasiado limitado para reducir significativamente el consumo de azúcar, y es probable que la reducción del consumo de azúcar por sí sola sea insuficiente para producir resultados positivos en materia de salud”, enfatizaron.



