Lo confieso… me sentí aliviado cuando uno de los turistas del grupo se acercó al guía para preguntarle si las ruinas de Tulum eran auténticas o si se trataba de otro de los espectaculares parques ecoturísticos de Riviera Maya creados en fechas recientes.
Y es que es difícil creer que en un mismo lugar convivan en armonía una de las playas más bonitas de México con una ciudad maya de más de 800 años y la comodidad de las cadenas hoteleras más lujosas del mundo. Eso es Riviera Maya, la turquesa de un mar Caribe que no deja de impresionar y un destino que reúne todos los atractivos de México en tan sólo 130 kilómetros de superficie.
Riviera Maya es mucho más que sol y playa. Aquí sí hay historia, leyendas de aluxes, zonas arqueológicas, poblados mayas que conservan su lengua, monstruos marinos como el tiburón ballena y una aldea de pescadores de langosta y mariscos que han constituido una gastronomía de tradición.
La moderna y amplia carretera libre de cuota que conecta la región, propicia el “pueblear” a lo largo de sus cuatro municipios: Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum y Felipe Carrillo Puerto. A no ser que tengas el tiempo justo, déjate llevar por lo que dicta el dedo al viento y recorre los lugares que más te vibren: todos serán espectaculares.
Este destino tiene un modelo claro: el resort Todo Incluido, la mejor manera de programar tu presupuesto y disfrutar tus vacaciones sin preocuparte por la cuenta final. Una tras otra, las entradas a estos lujosos paraísos de la relajación, golf y spa se suceden en la carretera de la costa, los cuales fueron diseñados para atender todos los presupuestos.
Sin embargo, si la pulserita del all inclusive agobia y lo que buscas es disfrutar de un pueblo con sabor a México, los hoteles boutique de Playa del Carmen y su famosa Quinta Avenida te esperan para que te deleites con restaurantes, boutiques, bares, antros y tiendas de artesanías.
Parte de la riqueza de Playa del Carmen radica en la variedad de nacionalidades que viven y conviven en sus calles y que han aportado lo mejor de su gastronomía. Aquí viven Enrico o Tawee, quienes supervisan personalmente las cocinas de sus propios restaurantes, ofreciendo una amplia carta de comida tradicional italiana o el curry rojo tailandés con leche de coco más rico de toda la región.
Esta gastronomía internacional confluye con una enorme variedad de platillos típicos como los papadzules, la cochinita pibil y las taquerías, así como aquellos elaborados a base de mariscos y pescados, como el huachinango y la langosta que se sirven tanto en pequeñas palapas como en los más lujosos restaurantes gourmet.
Toda la oferta de turismo de sol se puede combinar con la visita a zonas arqueológicas mayas como Cobá y Tulum. Esta última el magneto de la región, el centro político y religioso de los mayas, establecido en un acantilado a un lado del mar turquesa que hace llorar de bonito y al que, aún ahora, se puede llegar por balsa.
Pero en Riviera Maya la vida no se limita a la superficie. Debajo de la blanca arena existe una extensa red de ríos subterráneos de agua dulce rodeados de estalactitas, a los cuales es posible acceder a través de los 600 cenotes que existen en el destino.
Nadar en uno de estos ojos de agua y escuchar el vaivén del agua en el silencio es un imperdible. Pero antes de entrar, es importante impregnarse con humo de copal y pedir permiso a los dioses, ya que en el mundo maya solo los chamanes se adentraban en estas cuevas, ya que eran las puertas al inframundo.
Afortunadamente son ahora sitios de recreo, hogar de peces gatos y murciélagos, y sitios para realizar deportes como es el buceo o el espeleismo. Algunos están en parques temáticos como Xcaret y Xel-Há, ideales para las vacaciones en familia y otros en espacios naturales como Sian Ka’an, una de las reservas de la biósfera más bella del mundo, cuyo nombre en maya significa Puerta del Cielo.
Precisamente, en este pedazo del cielo en la tierra se concentra un complejo de arrecifes coralinos que son ideales para el buceo y el snorkel y que constituyen el segundo más amplio en su tipo, después de la Gran Barrera de Arrecifes de Australia.
Y si a todo este periplo por la Riviera Maya se puediera musicalizar, el bajo y el sax sería la nota fuerte. Cada año se realiza el Festival de Jazz de la Riviera Maya, un evento que atrae hasta a diez mil personas al día y que puede que sea el único que se celebra en el mundo entre pareos y toallas y con un mar a tan sólo 20 metros.
Lo confieso… aquí es cuando uno se olvida del mundo para convencerse de que se puede volver a empezar… pero solo en Riviera Maya.
3 imperdibles
- Descubrir los secretos vírgenes lo largo de su costa. Uno de ellos es Sian Ka’an que concentra varios ecosistemas ideales para el senderismo, nado en cenotes y snorkel o buceo. Una de las excursiones combina una visita a las ruinas de Muyil, un paseo por su bosque tropical, una ruta en lancha por las grandes lagunas y una flotación por los canales.
- Visitar en familia los distintos parques temáticos que conjugan en un solo lugar, las distintas actividades que puedes encontrar en la región.
- Sumergir el cuerpo en el cenote de Aktun Chen. Posee además una gruta seca con estalactitas y estalagmitas. Mientras se nada en sus aguas es posible escuchaer los sonidos de monos, faisanes y el trote lejano de venados cola blanca.
Estas son sólo algunas de las experiencias que ofrece Riviera Maya. Aprovecha las ofertas y promociones del Movimiento Viajemos Todos por México y descubre las riquezas de nuestro país.