La agresiva campaña de la administración Trump para evitar que los países usen Huawei y otros equipos de telecomunicaciones chinos en sus redes inalámbricas de próxima generación ha fracasado, y hasta algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos rechazan el argumento de Estados Unidos de que las compañías representan una amenaza para la seguridad, informó el New York Times, en un artículo difundido en su portal de noticias.
En los últimos meses, los funcionarios estadounidenses han tratado de presionar, reprender y, cada vez más, amenazar a otras naciones que están considerando usar a Huawei en la construcción de redes inalámbricas de quinta generación o 5G.
Mike Pompeo, el secretario de estado, se comprometió a retener información de las naciones que continúan usando equipos de telecomunicaciones chinos. El embajador estadounidense en Alemania advirtió a Berlín este mes que Estados Unidos restringiría el intercambio de inteligencia si ese país utilizara a Huawei.
Las advertencias se derivan de la preocupación de los Estados Unidos de que Huawei y otras compañías de telecomunicaciones chinas son una amenaza importante para la seguridad dado el control de Beijing sobre la industria. Los principales funcionarios han señalado las nuevas leyes de seguridad chinas que requieren que Huawei y otras compañías proporcionen información a los funcionarios de inteligencia, argumentando que China podría tener acceso a la gran cantidad de datos que finalmente viajarán a través de 5G, permitiendo a Beijing espiar a compañías, individuos y gobiernos. – Una acusación que Huawei ha negado con vehemencia.
Pero la campaña ha encallado. Gran Bretaña, Alemania, India y los Emiratos Árabes, encuentran entre los países que señalan que es poco probable que respalden el esfuerzo estadounidense para prohibir por completo a Huawei la construcción de sus redes 5G. Si bien algunos países como Gran Bretaña comparten las preocupaciones de los Estados Unidos, argumentan que los riesgos de seguridad pueden gestionarse examinando atentamente a la empresa y su software.
Las decisiones son un golpe a los esfuerzos de la administración Trump para frenar las ambiciones económicas y tecnológicas de Beijing y para impedir que China juegue un papel central en la próxima versión de internet.
Los funcionarios del gobierno estadounidense ahora están buscando otras formas de frenar el aumento global de Huawei sin la cooperación de aliados en el extranjero, incluida la posibilidad de que las compañías estadounidenses no suministren a Huawei los componentes clave que necesita para construir redes 5G en todo el mundo.
Ren Zhengfei, el fundador de Huawei, acusó a Estados Unidos de tener motivaciones políticas para presentar cargos penales contra la empresa y dijo que la empresa no espía a China.