OPINIÓN/EMPRESAS MONTERREY

Waldo Fernández González

Hace unos días el directivo de Pfizer Inc., Albert Bourla, dijo a un medio francés que el mundo podría volver a la normalidad en esta primavera. Esto es una buena noticia después de dos años de confinamiento y las muertes durante la pandemia de Covid-19.

El directivo atribuyó la noticia a las distintas herramientas que ahora existen contra el virus; pruebas, vacunas y los primeros tratamientos orales para administrar en casa.

Sin embargo, Bourla no prevé la vuelta a la normalidad por el hecho de que el COVID-19 vaya a desaparecer de la tierra, sino porque cree que la pandemia pronto podría pasar a una fase endémica en donde todos nosotros tengamos que aprender a vivir con el virus, igual que lo hacemos con otras enfermedades como la influenza o la gripe común.

En ese sentido, es ya impostergable que México y Nuevo León caminen hacia una reactivación económica sostenible que no ponga en riesgo la vida de las personas.

Ante la nueva ola de contagios por la variante Ómicron, el Estado ha presentado incrementos en los contagios nunca antes vistos. Por eso, y por el hecho de que no es posible volver a implementar los confinamientos masivos –la crisis económica ocasionada por éstos al inicio de la pandemia no lo permiten– el Estado debe ser proactivo y estratégico en cuanto a la reactivación.

Hasta ahora, el gobierno de Nuevo León ha impulsado la vacunación –incluida la de los menores de edad– y los horarios escalonados para evitar mayores contagios. Pero no es suficiente.

Una medida que no se ha implementado es la de la ampliación de horarios, y no acotarlos, en comercios, principalmente los que ofrecen bienes y servicios básicos como los supermercados y las farmacias. Hacerlo permitiría que las personas tuvieran mayor tiempo de visitarlos y así evitar aglomeraciones.

Por otro lado, el teletrabajo es una realidad ya impostergable. De acuerdo a un estudio reciente, nueve de cada 10 empleados prefiere trabajar desde casa pues aseguran ser más productivos y ahorrar tiempo y dinero en lo que implica trabajar desde una oficina.

Además del aumento de productividad, el teletrabajo permite a las empresas ahorrar en sus instalaciones y servicios. Así lo han comprobado empresas como CEMEX que han implementado ya, de manera permanente, el teletrabajo.

La clave, para mantener la productividad y la calidad del trabajo, es la comunicación asertiva y los canales de comunicación aptos para cada tipo de comunicación; chats instantáneos, programas específicos para videollamadas, programas de calendarización y trabajo en equipo, entre otros.

Por eso, desde las empresas y desde el estado, implementar esta modalidad de trabajo puede ser una respuesta que prevenga la interrupción total de un trabajo si hay otro suceso como el de la pandemia.

Por último, desde el Congreso impulsé una reforma para la exención de contribuciones y trámites administrativos a MIPyMES de nueva creación, con el objetivo de que, en un contexto de crisis económica, las personas puedan emprender sin la carga tributaria y administrativa que normalmente implica.

Desafortunadamente, la reforma está congelada en El Congreso de Nuevo León, no importa que tan necesaria sea.

*El autor es Diputado Local en Nuevo León por el Partido Morena. Lic. en Derecho por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), ex diputado federal, condecorado con el Águila CANACINTRA EN 2017.  waldofernandez@hcnl.gob.mx   Twitter: @FdzWaldo