La innovación pierde su sentido si no se traduce en salud accesible y de calidad

México cuenta con más de 2,400 empresas y 400 fabricantes en el sector de dispositivos médicos, los cuales generan aproximadamente 800 mil empleos. Sin embargo, este crecimiento y capacidad industrial necesitan de alianzas estratégicas y de un entorno regulatorio que permita que estas innovaciones lleguen a todos los rincones del país.

En México, la innovación en salud avanza a paso de tortuga. Mientras en otras partes del mundo los pacientes reciben tratamientos con los últimos avances médicos, aquí la brecha se extiende a un promedio de siete años. Al menos así lo señaló recientemente Larry Rubin, director de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), durante la inauguración de la Medical Expo 2024, edición CDMX. Este rezago coloca al paciente mexicano en una clara desventaja, dado que sigue consumiendo medicamentos que ya han sido superados por otros que están disponibles en otras latitudes.

Rubin subrayó que dicha demora no solo afecta la eficiencia de los tratamientos, sino que se traduce en un obstáculo para el derecho a la salud. “El propósito es acelerar el acceso a la innovación para que los pacientes mexicanos tengan lo mejor y lo más adecuado que exista en el mundo”, indicó.

A su vez, Carlos Salazar, presidente de la Asociación Nacional de Proveedores para la Salud (ANAPS), reforzó la necesidad de incentivar una inversión robusta en dispositivos médicos y tecnología de última generación. La meta es clara: reducir la brecha de innovación que hoy en día afecta al sistema de salud mexicano.

“Debemos seguir impulsando a la industria de dispositivos médicos para que el crecimiento, automatización y desarrollo se reflejen en una mejora real para los pacientes. No es solo una cuestión de inversión, sino de transferencia tecnológica que permita la creación de dispositivos médicos hechos en México”, afirmó Salazar.

En la Medical Expo, “la casa de los dispositivos médicos, que es el evento más grande en la industria de dispositivos médicos del país, los números son contundentes: la producción total de este sector en México supera los 18 mil millones de dólares, con un crecimiento sostenido en exportaciones, importaciones y en la atracción de inversión extranjera. México es actualmente el quinto mayor exportador de dispositivos médicos a nivel global, además de ser el principal proveedor de Estados Unidos. Sin embargo, a nivel consumo interno, la realidad es otra: ocupamos el lugar 43 en consumo per cápita de dispositivos médicos, lo que refleja la profunda brecha social entre quienes pueden acceder a ellos y quienes no.

Desde el ámbito de la política pública, la necesidad de una Declaratoria de Compromisos en Salud también resonó con fuerza en la Medical Expo. Javier Dávila, de la Secretaría de Economía, llamó a concretar cronogramas de acción que garanticen un seguimiento efectivo de los compromisos en salud. “El compromiso debe ser formal, con plazos y responsables claros, para fortalecer la red entre industria y gobierno”.

En su oportunidad, Georgina García, presidenta del Clúster Médico de Jalisco, subrayó la urgencia de mejorar la colaboración entre el sector privado y las políticas públicas para asegurar que la innovación en salud sea accesible, equitativa y sostenible. Según García, “la innovación pierde su sentido si no se traduce en salud accesible y de calidad”.

Este es un reto particularmente importante, considerando las alarmantes cifras de salud en el país. Rodrigo Oria, de la Comisión Nacional de Salud de Coparmex, destacó la preocupante proyección de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut): en los próximos años, se estima que el 40% de la población padecerá diabetes, el 50% hipertensión y el 70% obesidad. “Esto es insostenible y, de hecho, son problemas de salud pública que podrían llevar al sistema al colapso y agravar las inequidades en el acceso a servicios y tratamientos médicos”.

Desde el Consejo Latinoamericano de Salud, David Potes Arredondo destacó la resiliencia del sector de dispositivos médicos en México. “La industria está preparada para hacer su parte, pero requiere de un entorno favorable para que sus productos lleguen a los pacientes”. Esto incluye nuevas estrategias de compra pública y la digitalización de procesos, elementos que el sector ha señalado como clave para el fortalecimiento de la cadena de suministro de insumos médicos en el país.

Por su parte, Enrique Martínez Moreno, del Instituto Farmacéutico (INEFAM), hizo un llamado al gobierno para que continúe apoyando la digitalización y el uso de inteligencia artificial en el sistema de salud. Según Martínez Moreno, “estas tecnologías pueden ser el catalizador que lleve a nuestro sistema de salud a un nivel superior de eficiencia y cobertura”.

La industria de dispositivos médicos en México tiene mucho que ofrecer en términos de exportación, innovación y empleo. De acuerdo con Jorge Daniel Alarcón, de Canifarma, México es ya el tercer país en fabricación de dispositivos médicos, y su industria está preparada para expandirse. No obstante, el crecimiento requiere de políticas que incentiven la inversión, sobre todo en aquellos clústeres industriales donde la innovación puede tener un impacto directo en la salud pública.

Con cifras de crecimiento y proyecciones alarmantes en salud, la urgencia de contar con una estrategia en innovación farmacéutica y en dispositivos médicos no es una opción, es una necesidad ineludible. México necesita una estrategia en salud que promueva la equidad, la eficiencia y el acceso a lo mejor de la medicina moderna. Por tanto, nuestro país no puede permitirse un rezago de siete años cuando el bienestar de su población está en juego. Los pacientes ya están cansados de esperar mejores tiempos.

El Botiquín

¿Qué temas de salud surgirán después de las encuestas que realizarán las brigadas de los Siervos de la Nación en el programa Casa por Casa? Si visitan a personas que, por su condición, no acuden a los servicios públicos de salud, es muy probable que se genere una gran e imparable bola de nieve que requerirá muchos recursos que empezarán a faltar desde 2025. Ojo con este tema, al tiempo.

*El autor es licenciado en Ciencias de la Comunicación (CC) y maestro en Relaciones Internacionales (RI) por la FCPyS de la UNAM. Es socio director de Comunicación CM, desde donde edita medios especializados en las industrias farmacéutica, salud, energía y tecnología. Es profesor de diversas materias de periodismo de la carrera de CC, en la UNAM, desde hace más de 25 años. Es generador de contenidos y ha desempeñado diversos cargos periodísticos y colaborado en los principales medios de comunicación en México.

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