México debe estar preocupado por sacar de la pobreza al 38% de los 130 millones de sus habitantes, es decir, cerca de 50 millones de mexicanos que se han quedado atrás (La Retaguardia).
Pero simultáneamente, debe estar ocupado por acrecentar el ejército intelectual del país, es decir el número de científicos y tecnólogos (La Vanguardia) que requerimos para que México avance en la “Economía y Sociedad Basada en el Conocimiento” para: producir bienes y servicios de alto valor agregado que generen empleo de calidad; aprovechar la inversión extranjera; las oportunidades de la relocalización de las cadenas mundiales de suministros (“Near Shoring”) y aprovechar plenamente el TMEC con exportaciones crecientes a Estados Unidos y Canadá.
Para el reto de la pobreza (La Retaguardia) México tiene que crear más de 1 millón de empleos formales cada año.
Para esto, hay que mejorar el nivel de calidad y la cobertura de la educación básica, media superior y técnica así como mejorar las competencias laborales y el sistema dual de educación (Escuela-Empresa) de manera urgente y acelerada. Es indispensable que la inversión para el crecimiento económico se sitúe en el 25% del PIB (5% Pública 95% Privada).
Para el reto de la Economía y la Sociedad Basada en el Conocimiento (La Vanguardia) México debe invertir aceleradamente en la calidad y cobertura de la Educación Superior, el Posgrado y la Investigación, para aumentar el “ejército intelectual” del país.
México la economía número 15 del mundo y el lugar número 10 en población, posee apenas 50 mil científicos y tecnólogos realizando actividades de investigación básica, aplicada, desarrollo experimental e innovación (Nuevos productos, servicios y procesos).
De esta cifra del orden de 30 mil (60%) trabajan en universidades, y centros públicos de investigación. Los 20 mil restantes (40%) trabajan en las empresas del sector productivo.
La cifra anterior da un índice cercano a 1 investigador por cada 1,000 personas de la Población Económicamente Activa (PEA) que en el caso de México asciende a 61 millones de personas.
Este es un indicador comparativo utilizado por la OECD. El resto de los países que conforman el grupo de las 15 economías más grandes indica que México debería multiplicar por 10 veces el número actual de científicos y tecnólogos. (El indicador de Corea es de: 17; Francia: 12; Japón: 11; Canadá: 11; Estados Unidos 10; Alemania: 10; Rusia: 6; Italia: 6; China: 5; Brasil: 2; China 3; india: 1). El promedio de países de la OECD es de cerca de 9 investigadores por cada 1,000 personas de la PEA.
Concluimos entonces que en el mediano plazo México debe de pasar de 50 mil a 500 mil investigadores trabajando el 50% en el sector académico y el 50% restante en las empresas del sector productivo.
Las “fábricas” de ese talento son las Universidades. En México contamos con cerca de 4,500 universidades (25% públicas y 75 % privadas) con una matrícula total de 4.7 millones de estudiantes a nivel licenciatura (65% en Universidades Públicas y 35% Privadas) y 437 mil en posgrado (35% en universidades públicas y 65% en privadas).
De este sistema educativo egresan 772 mil jóvenes a nivel licenciatura y 162 mil a nivel de posgrado. La tasa de cobertura de la educación superior es del orden del 43% y el reto es que en el mediano plazo se ubique entre el 50 y 75%.
Las medidas que las instituciones de educación, gobierno y empresas deben emprender para hacer realidad que México cuente con un número aceptable de científicos y tecnólogos y podamos ingresar con fuerza a la Economía y Sociedad Basada en el Conocimiento son las siguientes:
- Fomentar tempranamente las vocaciones científicas y tecnológicas en la educación. Las instituciones de educación básica, media superior, y técnicas deben incorporar mayores contenidos educativos de ciencia, tecnología e innovación (CTI).
- Aumentar el apoyo a la difusión y apropiación social del conocimiento. Canalizar mayores recursos públicos y privados a: museos y centros interactivos de ciencia y tecnología; congresos y concursos de proyectos de CTI; apoyo a estudiantes a congresos y concursos internacionales de CTI; mayor apoyo a revistas y desarrollo de contenidos de CTI para niños y jóvenes.
- Aumentar la Calidad de la Educación Superior y el Posgrado. Aumentar significativamente recursos para mejorar nuestras Universidades. En el ranking mundial de universidades (QS Top Universities que analiza 1600 universidades y el Times Higher Education que analiza cerca de 2,000 universidades del mundo) solo figuran en el 2023, 16 y 27 universidades mexicanas respectivamente. También se deben mejorar los 3,000 programas inscritos en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad donde el 22% son de reciente creación, 37% en desarrollo, 31% consolidados y 10% de calidad internacional aproximadamente. Aumentar las becas a estudiantes brillantes para posgrados en CTI nacionales y al extranjero sería indispensable.
- Aumentar significativamente las plazas de investigadores en las Universidades públicas. De los nuevos 450 mil investigadores a tener en el país a mediano plazo el 50% trabajarán en el sector académico y de investigación.
- Incentivar la inversión en innovación en las empresas para alcanzar al menos, el 1% de las ventas. Aquí en particular otorgar un incentivo fiscal por 5 años del 150% para la deducibilidad, del costo integral del personal con posgrados en CTI ayudaría mucho a la contratación de jóvenes talentosos para el desarrollo de nuevos productos, servicios y procesos. Se pretende que el otro 50% de los 450 mil científicos y tecnólogos trabaje en el sector productivo.
Todos tenemos que ayudar a que México resuelva paulatinamente los problemas de la pobreza y el rezago social (La retaguardia) pero esto no debe implicar olvidarse de la Vanguardia, en especial para crear empleos de alta calidad para nuestros jóvenes y crear nuevos productos, servicios y procesos de alto valor agregado.
*Sobre el autor: Ex director de CONACYT, Ex Presidente de la Academia de Ingeniería; Consejero y consultor en Innovación.