Piden crear políticas públicas ante el cambio climático y la sequía en el marco de la Semana Mundial del Agua en Estocolmo

*Representantes de Ciudad de México, Monterrey y Bogotá se reúnen en la Embajada de México en Suecia para hablar de sus aprendizajes y experiencias en el manejo de sequías.

Estocolmo, Suecia. 27 de agosto de 2024. – La urgencia de incorporar políticas públicas adaptables ante el cambio climático, así como instrumentar planes de atención ante fenómenos climatológicos intensos, como sequías e inundaciones, es una necesidad para los organismos operadores de agua de toda la región.

Hoy más que nunca necesitamos cambiar activamente nuestra relación con el agua, creando conciencia y cambiando comportamientos en las acciones cotidianas de forma duradera, mejorar la planeación urbana y habilitar soluciones financieras para paliar la escasez.Estas fueron las principales reflexiones que expertos de Bogotá, Monterrey y Ciudad de México compartieron ayer en el evento “Sequías: lecciones en tres ciudades latinoamericanas”.

El conversatorio, que se realizó en la Embajada de México en Suecia, reunió a diversos expertos del sector latinoamericano al darse en el marco de la Semana Mundial del Agua de Estocolmo, que este año lleva por tema «Uniendo fronteras: agua para un futuro pacífico y sostenible».

Tomás Serebrisky, Gerente, Sector de Infraestructura y Energía del Banco Interamericano de Desarrollo, comentó que particularmente en México el número y la duración de las sequías desde el año 2000 ha aumentado en casi 30% en comparación con las dos décadas anteriores con lo que de seguir la tendencia para 2040, 1 de cada 4 niños podría vivir en áreas con escasez extrema de agua.

Por otro lado, en Bogotá, el principal embalse que abastece a la ciudad de agua descendió a un 15% de su capacidad en abril de este año. Con esta introducción, se pintó el escenario complejo para lo población de estos países.

El panel estuvo conformado por Natasha Avendaño García, Gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá; Eduardo Vázquez Herrera, director general de Agua Capital (el Fondo de Agua de la Ciudad de México); José Lara Lona, Presidente de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento; y Aldo Ramírez, director del Centro del Agua del Tecnológico de Monterrey, los expertos compartieron sus reflexiones a partir de su experiencia reciente.

“Es esencial que la regulación reconozca los efectos del cambio climático con incentivos tarifarios adecuados. Esto en Chile hace 10 años si lo hicieron. Desde el gobierno es difícil gestionar la demanda pensando en el corto plazo y apalancando lo que se debe hacer en el mediano y largo plazo; son discusiones muy complejas”, dijo la colombiana.

Una de las lecciones aprendidas para Monterrey tiene que ver con el crecimiento desordenado de la mancha urbana, afirmó Ramírez. Aunque por más de 20 años Monterrey fue modelo a nivel urbano en la provisión del servicio de agua potable, ante la crisis por sequía esto cambió.

“La provisión de servicios está en un frágil equilibrio, y muchos de esos problemas se deben a un desarrollo urbano caótico. En 2022 hubo zonas de la ciudad en donde nunca faltó el agua, pero también hubo otras zonas que por meses estuvieron sin líquido. Hay que cambiar la visión de que la ciudad crezca hacia donde la tierra es más barata, sino que hay que urbanizar hacia donde es más congruente y viable la dotación de servicios tan vitales como el agua”, comentó el director del Centro del Agua del Tecnológico de Monterrey.

El director de Agua Capital señaló que la sequía no es pasajera por lo que es urgente que los gobiernos inviertan recursos económicos en paliarla. De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el 2023 fue el año más cálido del que se tiene registro a causa de una sequía severa agudizada por las olas de calor, y aunque recientemente en varias regiones de México ha llovido, esto no quiere decir que el problema está resuelto.

“Monterrey y Bogotá dependen de fuentes superficiales. En la Ciudad de México las fuentes superficiales aportan solo el 30% del agua, pero aun así afectan seriamente. Por tanto, se debería contar con distintos mecanismos de planeación, con protocolos de prevención para la atención a la sequía y con rangos de inversión económica”, dijo al señalar que actualmente y de acuerdo con el Consejo Consultivo del Agua, a nivel nacional México invierte cerca de 62 mil millones de pesos al año, cuando la inversión que se requiere de acuerdo con la práctica internacional sería del 1% del presupuesto, que en el caso de México sería de cerca de 300 mil millones de pesos al año.

En su turno, el presidente de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento, subrayó la importancia de la transparencia en la gestión de recursos económicos e hídricos para poder generar confianza. Añadió que es crucial habilitar una colaboración multisectorial y fortalecer la gobernanza, para que las políticas públicas permitan atender el tema del agua de forma adecuada.

El evento fue inaugurado por el embajador de México en Suecia, Alejandro Alday González, quien destacó la relevancia de este tipo de foros que permiten conocer cómo cada ciudad gestiona sus recursos en un contexto de sequía.

Ana Laura Elizondo, jefa de Seguridad Hídrica de Fundación FEMSA y representante de la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua, uno de los anfitriones del evento, dio paso a las conclusiones destacando algunos de los comentarios de los ponentes, como la importancia de que la regulación considere los efectos del cambio climático con incentivos tarifarios adecuados y la necesidad de una planeación urbana adecuada. También destacó que debemos cambiar activamente nuestra relación con el agua, desde la conciencia en acciones cotidianas hasta el cambio de dinámica de ahorro permanente y no temporal.

“Con estas reflexiones solo me queda decir que, si bien hay mucho por hacer, estas ciudades cuentan con los Fondos de Agua que son plataformas de colaboración que tienen la capacidad de influir en la agenda pública y proponer soluciones para cerrar estas brechas. Agua somos (Bogotá), Agua Capital (CDMX) y el Fondo Ambiental Metropolitano de Monterrey son importantes aliados para tener un futuro con agua”.

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