La competencia en el mercado es la forma en que la economía mexicana puede enfrentar la inflación, posicionada alrededor del cuatro por ciento en los últimos meses, arriba del objetivo propuesto por el Banco de México, que es del 3 por ciento.
Así lo señaló Erick Martínez Magaña, de la Oficina de Análisis Económico del Banco de México, quien explicó que existen temas coyunturales y estructurales que dificultan que una autoridad monetaria encuentre la forma de bajar los precios, por lo que consideró que “todavía hay mucho por hacer en la parte de competencia”.
El especialista impartió la conferencia “Conducción de la política monetaria”, que es la cuarta participación del Ciclo de Conferencias UDEM-Banco de México, esta tarde ante alumnos y maestros de la División de Negocios de la Universidad de Monterrey.
En el Auditorio 3 del campus, Martínez Magaña ofreció un panorama sobre los avances en busca de fortalecer la conducción de la política macroeconómica en el país.
Aseguró que la política monetaria, en conjunto con una política fiscal prudente, un régimen de tipo de cambio flexible y una regulación y supervisión adecuada del sistema financiero han sido elementos determinantes para lograr una disminución importante en el nivel, volatilidad y persistencia de la inflación en los últimos años.
Sin embargo, advirtió que, por un lado, se ha registrado un choque de precios de bienes, por ejemplo, en carnes de res, de pollo y cerdo, que se importa de Estados Unidos y que ha elevado sus precios debido a la escasez.
Por otro lado, existen razones estructurales, como los mercados que en México continúan siendo monopólicos y en donde se deben tomar medidas para desarrollar la competencia.
“Ciertos mercados siguen siendo muy monopólicos en México, (…) en servicios como aerolíneas, (…) incluso hasta la tortilla, un bien tan básico, es un mercado oligopólico”, sostuvo.
“En la medida en que se atienda esa parte de la competencia, sin duda se van a empezar a observar ya estructuralmente menores niveles de precios”, afirmó.