Los tres pilares del desarrollo humano y de nuestro sistema de libertades

OPINIÓN

Por José Antonio Fernández Carbajal

Presidente del Consejo de Administración de FEMSA y Presidente del Consejo del ITESM

Además de las dolorosas pérdidas humanas y de las secuelas físicas y emocionales del COVID-19, la pandemia ha causado muy graves daños a la humanidad en lo social y en lo económico, pues está claro que aumentó la pobreza y que se han ensanchado las brechas de la desigualdad.

Por otro lado, el cambio climático nos afecta todos los días. Naciones Unidas reporta que los últimos seis años, han sido los más calientes de que se tenga registro en el planeta.

Las consecuencias de esto, son evidentes: sequías, incendios, deshielo en los polos, elevación del nivel de los océanos, inundaciones, lluvias extremas y tormentas tropicales, con efectos muy graves en pérdida de vidas, en la seguridad hídrica y energética y en el impacto para economías del mundo.

Existen, además, otros enormes desafíos: por mencionar algunos, la terrible crisis alimentaria, las migraciones y la búsqueda de refugios, las amenazas a la democracia y todo esto, en medio de una extraordinaria y muy acelerada transformación tecnológica.

Como lo ha señalado el profesor Timothy Garton-Ash, de la Universidad de Oxford: “en la anhelada vuelta a la normalidad, no basta con aspirar a regresar a lo que teníamos, sino que estamos obligados a ser más imaginativos sobre a dónde queremos ir” (cierro la cita)

En ese sentido, propongo proteger, procurar y mejorar tres fundamentos o pilares del desarrollo humano y de nuestro sistema de libertades: la democracia, la meritocracia y el capitalismo consciente.

La democracia, si bien es definitivamente la forma idónea de convivencia en cualquier ámbito, en realidad, ha estado bajo asedio en muchas partes del mundo en estos últimos años. Nos toca defender sus elementos más importantes: el estado de Derecho y las libertades ciudadanas, como las de expresión, de prensa, de asociación y de reunión.

Tenemos que fortalecer a las agrupaciones de la sociedad civil, a los medios de comunicación y a las organizaciones intermedias.

La democracia es libertad, tolerancia y pluralismo. Es el mejor sistema para resolver pacíficamente, conflictos y diferencias, para identificar problemas comunes y atenderlos.

A veces se olvida que la democracia es también disentir. Si la discusión es anulada por el monólogo que desoye la opinión diferente, se da pie a una peligrosa polarización que divide a las sociedades, confronta a las personas, distingue artificialmente entre “buenos y malos”, propicia la discordia y destruye la confianza entre las personas, lo cuál conlleva el grave debilitamiento de las instituciones.

El diálogo es pues, la única manera de poder avanzar. Tenemos el derecho de expresar nuestros puntos de vista, pero también la obligación de escuchar a los demás, para llegar a acuerdos.

La periodista norteamericana Anne Applebaum nos recordó, en la última Reunión de Consejeros del Tec, que la crispación fragmenta terriblemente a una sociedad. Debemos recuperar la confianza en nuestra sociedad, con nuestros vecinos y con los grupos de amigos. Debemos promover la participación ciudadana comprometida con la comunidad, reconociendo que todos, tenemos los mismos derechos políticos y la capacidad de formarnos un juicio, sobre la manera de resolver los asuntos públicos y privados.

Necesitamos un debate civilizado y respetuoso, con tolerancia y solidaridad, que reconozca la libertad de uno mismo, pero también la de los demás. Ante la polarización, convoquemos a la concordia y a la reconciliación.

Otro de los pilares de los Derechos Humanos ha sido siempre la Meritocracia, concepto que hace poco más de dos siglos revolucionó al mundo porque significaba el rechazo a la vieja idea de la aristocracia, de los privilegios heredados, del nepotismo y del clientelismo.

Por ejemplo, desde nuestra perspectiva como institución educativa y pensando en la evolución del Tec, ésta no habría sido posible sin el mérito de sus alumnos, de sus profesores, sus investigadores y sus directivos, que a lo largo de los años han ofrecido resultados positivos y medibles para mejorar a la institución donde todos reconocemos que sin meritocracia, esto no habría sucedido, tenemos la certeza de que gracias a esto, contribuimos a la mejora de nuestra sociedad, pues nuestros graduados salen al mundo con este importante principio del mérito.

La meritocracia, sostiene que los seres humanos somos individuos libres antes de cualquier cosa y que su posición en la sociedad, debe depender solamente de la combinación de su talento y su esfuerzo. Una de sus grandes ventajas, es que nos permite medir resultados. Evaluar con hechos y datos si los individuos que, por sus méritos tienen una responsabilidad, han cumplido con su propósito de mejorar una organización y por ende de generarle valor, o si una institución ha alcanzado realmente sus objetivos.

Es verdad que, en las últimas décadas, el sistema meritocrático en el mundo ha sufrido algunas distorsiones y que se han cerrado algunos de los caminos de la movilidad social. Por ello ha sido blanco de críticas y ataques.

Aprendamos de esos errores, que por supuesto todos hemos tenido y cuidemos y engrandezcamos a la meritocracia, como el mecanismo ideal para que las personas alcancen su plenitud, para impulsar la justicia social y mejorar la economía.

El tercer gran pilar del desarrollo humano en los últimos siglos, es la libre empresa, que es uno de los principios del Capitalismo, el cual supone que las compañías generan valor para sus accionistas solamente. Hoy sabemos con claridad que esto ya no es suficiente y por lo tanto, es momento de transitar hacia un Capitalismo diferente, un Capitalismo Consciente.

Las empresas deben procurar el bienestar de todos quienes están en contacto con ellas, empezando por supuesto por sus colaboradores y clientes. Pero además:

  • deben sumar a sus proveedores en la misión de mejorar al mundo,
  • Trabajar con los vecinos de las comunidades en donde operan,
  • Actuar en favor del planeta y la naturaleza,
  • Generar valor económico, social, cultural e intelectual y reconocer que la creatividad es ilimitada y por ende, estimularla,

Aquí en el Tec, nos hemos propuesto promover el emprendedurismo desde esta nueva perspectiva de Capitalismo Consciente convencidos de que la innovación, la audacia y el talento, combinados con la libertad de emprender, habrán de provocar grandes cambios en el mundo.

Es obligación de todos nosotros, devolverle a la sociedad lo que, gracias a Dios, hemos recibido en la vida.

Uno de los mejores ejemplos que nosotros tenemos de Capitalismo Consciente es el propio Tec, que fue fundado por un grupo de empresarios solidarios encabezados por Don Eugenio Garza Sada, que este pasado 17 de septiembre, cumplió 48 años de su triste asesinato. Estos empresarios solidarios decidieron dar lo mejor de sí mismos, incluyendo capital semilla, para crear una institución, sin fines de lucro, que contribuyera a la educación de los jóvenes mexicanos. Es evidente que esta inversión social ha tenido, a lo largo de 78 años, un impacto extraordinario en beneficio del país.

Sabemos que la inteligencia y el talento de un individuo se potencian con la educación. Por eso los invito a redoblar esfuerzos, dando oportunidades a quienes tienen la gran capacidad de sobresalir, pero que nacieron sin las condiciones económicas o sociales para poder financiarse.

Eso es lo que hace, por ejemplo, nuestro programa Líderes del Mañana, brindando becas completas a jóvenes que, por sus méritos, pueden acceder a ellas. En el Tec hemos creado y buscamos consolidar, una plataforma de oportunidades homogénea, que da acceso a alumnos de diversos orígenes, ofreciendo educación de calidad, basada en meritocracia.

Hay muchas formas de participar para ayudar a cambiar vidas, pero Líderes del Mañana, es un camino ya probado y confiable, que ha dado resultados tangibles extraordinarios. Ojalá todos quienes me escuchan se sumen a este gran proyecto que trata de desarrollar a estos jóvenes talentosos, para que trasciendan como seres humanos y puedan cumplir sus anhelos, potenciando sus capacidades para contribuir a la sociedad. ¡Hay mucho por hacer todavía!

En México, la plataforma del Capitalismo Consciente ya estaba en la filosofía y el pensamiento de Don Eugenio. A partir del libre emprendimiento, del respeto a la dignidad humana, del compromiso social y de un liderazgo humanista, buscó siempre que empresas e instituciones mejoraran los niveles de bienestar y crearan prosperidad para todos.

El Tec de Monterrey tiene como propósito el florecimiento del ser humano. Por ello, estamos comprometidos con estos principios y valores, ya que estamos convencidos que estos, junto a la educación de calidad, son la mejor manera de generar valor en una comunidad.

Con este espíritu recordamos hoy a Don Eugenio, conscientes que tenemos mucho por hacer para construir un México y un mundo mejor.

*Extracto del mensaje pronunciado durante la ceremonia de entrega del Premio Eugenio Garza Sada 2021 en el Tecnológico de Monterrey.

 

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